Cinco vinos chilenos reciben máximo galardón en competencia internacional.

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La prestigiosa revista británica Decanter realizó su tradicional fina selección de los mejores vinos del planeta, instancia en la cual cinco representantes chilenos obtuvieron el máximo galardón: la Medalla de Platino. ¿Quiénes lograron este histórico reconocimiento? Carmen, Gran Reserva Cabernet Sauvignon 2017 (Valle del Maipo)TerraNoble Lahuén 2016 (Valle Central)Undurraga T.H. Cabernet Sauvignon 2016 (Cauquenes, Valle del Maule)Undurraga T.H. Syrah 2015 Leyda (Valle de San Antonio)House of...

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Noticias de Wine Planet

La cultura del vino en Chile

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La cultura del vino en Chile La actividad vitivinícola pasó de producirse artesanalmente a ser una importante industria a fines del siglo XIX. Ha sido fuente de inspiración para escritores, cantores y otros artistas nacionales, siendo parte de la cultura chilena y de su patrimonio. El vino es una bebida que ha estado siempre presente en la memoria colectiva de Chile. La actividad vitivinícola -a...

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6 aplicaciones de celular que todo amante del vino debería tener.

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En Chile sobran amantes del vino y la variedad de cepas para experimentar son muchas. Es por esto que elegimos 6 aplicaciones para tu celular que te ayudarán a elegir el vino perfecto. Y lo mejor de todo: su descarga es gratuita. Guía Repsol Es de las más completas del mundo: tiene amplio catálogo y valoraciones. Además, informa de bodegas cercanas en nuestro viaje gracias al...

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Cousiño Macul, una viña en el corazón de Santiago.

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Conozcamos más sobre este espacio con más de 150 años de tradición y que ofrece tours y degustaciones sin la necesidad de salir de la ciudad. La Viña Cousiño Macul ha sido testigo de todos los cambios que ha vivido la ciudad de Santiago. Fue fundada por Isidora Goyenechea de Cousiño, quien ostenta el título de ser la primera mujer en llevar adelante una empresa del rubro vitivinícola. Cousiño Macul fue pionera en la exportación de vinos nacionales, posicionando al país como un referente en la...

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Tardes de terraza con Grosse Mérille

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KORTA WINES, viña destacada por entregar propuestas innovadoras, sorprende a todos los amantes de los tintos con un vino perfecto para las tardes en terraza y recomienda entregar propuestas distintas para descorchar e invita a disfrutar con su tinto frío. Grosse Mérille 2019 será uno de los productos destacados de “Viñas en el Mar”, evento que se realizará desde el viernes 22 al domingo 24 de noviembre en la Quinta Vergara de Viña del Mar. Grosse Mérille 2019 es una variedad muy poco conocida...

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Cómo conservar tus vinos en perfectas condiciones.

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Cada día son más las personas que disfrutan tomar y comprar vino, pero ¿sabes cómo conservar los vinos? Si visitas una viña como parte de algún tour enológico descubrirás muchas cosas importantes sobre el vino, su elaboración y conservación. Cuida la temperaturaLos vinos deben estar en un lugar donde estén frescos. La temperatura ideal a se ubica entre los 10º y 15º C. Con una mínima de 7ºC y una máxima que nunca debe superar los 18ºC. Ten en cuenta que si el vino sufre oscilaciones...

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Valles vitivinícolas de Chile

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Cepajes TINTOS plantados en Chile

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Cepaje tinto mas plantado es CABERNET SAUVIGNON

VALLE DEL ELQUI

Ubicado a 500 kilómetros de Santiago, conforma la frontera norte de las regiones vinícolas de Chile.
Aquí las condiciones climáticas para el cultivo de uvas son excelentes: un valle bien ventilado y seco en el que las precipitaciones anuales llegan sólo a los 130 milímetros. Además, cuenta con un sistema de riego integrado compuesto por grandes estanques de agua conectados por canales y suelos pesados, ricos en nutrientes y capaces de almacenar agua.
Todo esto permite la cosecha de uvas maduras y dulces, a partir de las cuales se produce el pisco, trago nacional chileno por excelencia. Las cepas que más se cultivan en esta zona son cabernet sauvignon, merlot, carménère y chardonnay, además de algunas hectáreas dedicadas al syrah.
Las viñas Falernia y Cavas del Valle están abiertas al público. Esta última es una de las más pequeñas del país y se producen vinos orgánicos de manera artesanal.
El Valle de Elqui es uno de los paisajes naturales más bellos de Chile. En esta región, el fértil valle secciona la precordillera, una cadena montañosa semiárida con una apariencia muy cercana a un desierto. El cielo azul está garantizado todo el año, debido a la escasez de precipitaciones. En este contexto, variadas sociedades astronómicas internacionales mantienen observatorios (cerro Tololo, La Silla o cerro Pachón).
Otro atractivo de la zona es la ciudad de Vicuña, que está ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de La Serena, siendo el lugar donde nació la poetisa lírica y Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral. Allí se puede visitar el museo dedicado a su vida y obra, además de la escuela en que impartió clases.

VALLE DEL LIMARÍ

En los años 90’ se descubrió que este valle era apropiado para el cultivo de cepas nobles. Sus condiciones climáticas y suelos similares al Elqui permitieron el origen de 1.700 hectáreas de viñedos, de las cuales aproximadamente la mitad están cubiertas con cabernet sauvignon.
Cabe destacar que en esta zona se encontraron muchos restos arqueológicos: en el área conservada como Monumento Nacional de Pichasca se pueden contemplar restos fósiles de selva. Además se encuentra el Parque Nacional Fray Jorge, conocido por su belleza. Su nombre se lo debe al franciscano español que descubrió esta zona en pleno siglo XVII.
El valle del Limarí se caracteriza por tener un microclima húmedo debido a la niebla costera, que dio origen a una selva húmeda poblada por especies originarias de tiempos prehistóricos, en medio de una zona semidesértica.
El turismo del vino se está iniciando con fuerza en esta zona: las Viñas Casa Tamaya y Agua Tierra tienen abiertas sus puertas para los visitantes interesados.

VALLE DEL ACONCAGUA

El río Aconcagua pasa a unos 100 kilómetros al norte de Santiago. Y lo hace de cordillera a mar, a través del valle central. Nace en la montaña del mismo nombre, la que con casi 7.000 metros de altura es la cima más alta de Los Andes, para luego desembocar en el Océano Pacífico, recorriendo la Región de Valparaíso.
El Valle de Aconcagua ofrece condiciones climáticas ideales para el cultivo de cepas, con días calurosos y noches frescas – húmedas. Sus suelos son arenosos y pedregosos, con sedimentos fluviales ricos en minerales y material orgánico.
La producción de vino en esta zona comenzó en 1870, y si bien se cultivan diversas cepas (cabernet sauvignon, merlot y cabernet franc), es el syrah de Viña Errázuriz el que alcanzó mayor fama. A pesar de que la superficie cultivada apenas sobrepasa el 10%, el syrah es considerado el vino emblemático del Valle de Aconcagua.
Los turistas interesados en el vino encontrarán aquí una rica variedad de bodegas y viñedos menores. Pueden visitar Viña Errázuriz, dotada de modernas instalaciones de alta tecnología, y por otro lado se pueden observar las viejas máquinas artesanales con las que la Viña Sánchez de Loria todavía produce licores de vino. En el último tiempo se emprendió un nuevo proyecto turístico, que ofrece a los amantes del vino la posibilidad de viajar a través del paso fronterizo internacional desde el Valle de Aconcagua a la tradicional región vinícola de Mendoza, Argentina.
El Valle de Aconcagua ofrece actividades turísticas muy diversas: amantes del esquí encuentran un paraíso en el centro de deportes de invierno Portillo, ubicado en la Cordillera de los Andes; montañistas pueden aventurarse a subir el cerro Aconcagua (6.962 metros de altura) y los amantes del kayak pueden entrar en acción en la Laguna del Inca. Por si fuera poco, los visitantes pueden observar petroglifos precolombinos, albergados en los viñedos de Viña San Esteban.

VALLE DE CASABLANCA

Este fresco valle se extiende entre Los Andes y la cordillera de la Costa, a unos 80 kilómetros de Santiago. Está situado a un costado de la Ruta 68, que une la capital con Valparaíso.
La cercanía del mar se traduce en humedad permanente debido a la niebla matinal. Sus suelos son por naturaleza muy arcillosos y ricos en minerales descompuestos, provenientes del derretimiento de la nieve de los Andes. Las condiciones en esta zona son ideales especialmente para uvas blancas que maduran lentamente: casi tres cuartas partes de los cultivos son destinados a la cepa chardonnay.
Otras cepas características del Valle de Casablanca son el sauvignon blanc, el pinot noir y el Merlot. La cepa del riesling– muy difícil de encontrar en Chile- crece en esta zona. En total, la superficie plantada alcanza las 4.000 hectáreas.
Esta región comenzó su tradición viñera a comienzos de los años 80’, cuando el enólogo Pablo Morandé comparó los suelos arcillosos y el clima húmedo costero con las condiciones que conoció en California, Estados Unidos. Hoy conviven en el Valle de Casablanca la producción de vinos de exportación de alta calidad y los primeros proyectos chilenos para la producción de vinos orgánicos.
El turismo del vino en el Valle de Casablanca se ha desarrollado rápidamente, favorecido porque la Ruta 68 es transitada por casi todos los turistas que visitan Chile. Morandé, Santa Rita, Veramonte, Concha y Toro, Santa Emiliana o Santa Carolina son viñas que abren sus puertas y ofrecen degustaciones de vino, paseos en coches de caballos tradicionales y almuerzos en restaurantes de primera clase.
Dentro de esta oferta, el restaurante de vinos “House of Morandé”, es una visita obligatoria para aquellas personas aficionadas a la comida sabrosa y de fina selección. Un chef cinco estrellas prepara inolvidables creaciones con carne de jaibas, jabalí o ajos traídos desde Chiloé. Otra visita interesante es la bodega de la Viña Indómita, ubicada en una cima de la Cordillera de la Costa, que por su construcción y aspecto rememora un “castillo del vino” y sus terrazas ofrecen una magnífica vista a los viñedos del valle. Además, el viento fresco del Pacífico y el gran tamaño de las letras que forman el logotipo “Viña Indómita”, dan la impresión a los visitantes de estar en Hollywood.
Pero también pequeñas románticas bodegas marcan la pauta. Es así como en la Viña Puro Caballo se cultivan las tradiciones chilenas, y ofrece un espectáculo para admirar la destreza de los huasos chilenos y sus caballos de silla. El restaurante de la Viña Casas del Bosque ubicado en la antigua Hacienda Santa Rosa en Casablanca invita a los paladares mimados a disfrutar menús pequeños, pero excepcionalmente finos.
La última atracción del turismo del vino en Chile la constituye la “Ruta Aérea del Vino”, en la cual los visitantes sobrevuelan en avionetas los viñedos de los Valles de Casablanca y Maipo, realizando paradas en conocidas viñas para almorzar y realizar recorridos guiados.

VALLE DE SAN ANTONIO

A 60 minutos en automóvil desde Santiago se encuentra, en las cercanías del Océano Pacífico, una de las regiones vinícolas más nuevas de Chile: el Valle de San Antonio.
Con sólo una década de tradición, en esta zona se elaboran vinos de alta calidad y creciente éxito. Entre ellos cuentan elegantes sauvignon blancs, chardonnays y los pinot noirs, que son difíciles de encontrar.
Sus suelos son muy variados, arcillosos y secos, y el clima está fuertemente influenciado por el mar. Los primeros viñedos que se instalaron en San Antonio son Matetic, Garcés Silva y Casa Marín. Todos contribuyen con su tendencia a la innovación y  audacia a lograr una producción muy especial y característica de esta región. Así nacieron aquí por ejemplo los primeros syrah elaborados en un clima frío húmedo y el pinot gris de Chile. También se encuentran en San Antonio novedosas combinaciones, como el merlot – malbec de Matetic. Esta región posee desde el 2002 el sello de calidad D.O (Denominación de origen).
Si bien desde el punto de vista turístico, esta zona aún no ha sido lo suficientemente explotada, existen algunas ofertas interesantes para los amantes de lo especial: Viña Matetic ofrece un recorrido para visitantes y cuenta en la viña con un restaurante y hotel.

VALLE DEL MAIPO

En este valle se inicia la historia de la producción del vino chileno, siendo hasta hoy la región vinícola más reconocida de Chile. Ubicado en las cercanías de la capital Santiago, es poseedor de los vinos de exportación más exitosos y los pilares de la historia de la producción del vino.
Su línea del tiempo comienza en 1555, año en que la primera producción del país fue certificada en forma oficial con documento, pasando por la introducción de cepas francesas (1851). Eso hasta que en 1994 se descubrió que en esta zona existían ejemplares de cepa carménère, que se creía extinguida.
El clima en el Valle del Maipo es estable, con veranos cálidos y secos e inviernos cortos y suaves, que por regla general no sobrepasan los 450 milímetros de precipitaciones anuales. Los días son calurosos, las noches frescas y los cambios de temperatura considerables.
En este escenario natural maduran de la mejor forma las uvas para vino tinto, conocidas por su necesidad de sol. Por esto, de sus 10.000 hectáreas cultivadas, 8.000 son para el cultivo de cepas para vino tinto (Cabernet sauvignon, merlot, carménère, syrah, cabernet franc y malbec). En las 2.000 hectáreas restantes crecen las clásicas cepas de vino blanco chardonnay, sauvignon blanc y semillón.
Sus suelos son ricos en minerales, planos, arenosos – arcillosos, y de buena permeabilidad. Respecto a las instalaciones de riego, se irriga fundamentalmente a través de canales que transportan aguas provenientes del derretimiento de la nieve.
El Valle del Maipo está bien protegido, ya que se encuentra entre el cordón montañoso de los Andes y la Cordillera de la Costa. Es atravesado por dos ríos caudalosos: el Maipo y el Mapocho. La región vinícola está dividida en tres zonas de cultivo, de acuerdo al clima, calidad del suelo y altura: Maipo Alto, Maipo Medio y Maipo Costa. La más asoleada es Maipo Medio (ubicada a 550 metros sobre el nivel del mar), siendo el lugar donde maduran los vinos tintos más frutosos y sedosos.
En el Maipo Alto (ubicado más arriba y con un clima más frío) se producen vinos más estructurados y con niveles altos de taninos. Finalmente, en Maipo Costa (en cercanías de la Cordillera de la Costa y sus vientos frescos), se producen vinos de una acidez interesante.
El Valle del Maipo alberga las grandes viñas tradicionales de Chile, que tienen sus sedes principales pese a que se están expandiendo a otras regiones. Entre ellas están Concha y Toro (la viña más grande de Chile), Santa Rita, Cousiño Macul, Tarapacá, Carmen, Barón de Rothschild. Además, están las viñas Antiyal y Pargua, que producen vinos orgánicos de buena calidad.
La cercanía a Santiago con sus vinerías, boutiques de ventas especializadas y buenos restaurantes representan una ventaja adicional para esta región.

VALLE DEL CACHAPOAL

En el Valle de Rapel, a unos 100 kilómetros al sur de Santiago, se encuentran dos de las regiones vinícolas de Chile más prestigiosas y conocidas internacionalmente. Se trata del Valle Cachapoal, con su río del mismo nombre, al sur de Rancagua, y el Valle Colchagua, el cual es irrigado por el río Tinguiririca.
Entre suaves colinas de la Cordillera de la Costa y su precordillera está la vieja ciudad colonial de Santa Cruz. La zona se caracteriza por poseer el típico clima mediterráneo del valle central chileno: veranos calurosos e inviernos templados, además de grandes variaciones de temperatura entre el día y la noche. La existencia de marcados microclimas dependientes de la cercanía al mar o a las montañas ofrece variadas condiciones para el cultivo de diferentes cepas.
Sus suelos son por naturaleza ricos en minerales, están depositados en capas arenosas, y con influencia de cal y piedras en algunas zonas. Debido a estas condiciones casi todas las cepas crecen magníficamente: chardonnay, sauvignon blanc, merlot, cabernet sauvignon, syrah, carménère o malbec. Dentro de estas cepas son el merlot y el carménère las que alcanzaron una fama especial, a pesar de ser las menos productivas y cultivadas de la región.
Las áreas más altas cercanas a la cordillera- llamadas Alto Cachapoal– fueron el destino preferido de inversores franceses y amantes del vino en los últimos años. Es así como conocidas familias vinícolas de Burdeos, Alsacia y la Loira, se asociaron con antiguos vinicultores chilenos o fundaron bodegas para producir vinos tintos de alta calidad y de características francesas.
La Ruta del Vino en Alto Cachapoal está bien desarrollada y a sus costados se erigen conocidas viñas, como Altaïr, Morandé, Anakena, Misiones de Rengo o Chateau Los Boldos. Los vinos producidos- famosos tintos de merlot y carménère- son fuertemente concentrados, frutosos y levemente dulces, con notas a chocolate y mermelada.
La relativa proximidad a Santiago hace interesante esta región vinícola para todos los visitantes que no dispongan de mucho tiempo y de todas maneras quieran ver algo más que las viñas cercanas a la capital. En sus cercanías hay otras atracciones como un centro de deportes de invierno y reservas naturales. Otro atractivo son las Termas de Cauquenes, que con sus baños termales invitan a relajarse. Y por si fuera poco, se puede visitar desde la Ruta del Vino la antigua ciudad minera de Sewell.

VALLE DE COLCHAGUA

El valle fluvial del Tinguiririca posee las mismas condiciones climáticas que el vecino Valle Cachapoal: temperaturas mediterráneas, viñedos bien protegidos y bien soleados, suelos arcillosos y ricos en minerales.
Estas dos zonas conforman el Valle de Rapel, de donde provienen vinos de primer nivel, como Montes Alpha, Folly y Clos Apalta, los cuales son considerados íconos de la industria vinícola chilena.
Esta región se hizo conocida internacionalmente gracias a la elaboración de vinos de alta calidad, el patrimonio cultural chileno, las costumbres típicas y la excelente oferta en el sector del turismo del vino. Estas cualidades llevaron a la revista especializada estadounidense Wine Enthusiast a elegir al Valle de Colchagua como la “Región vinícola del 2015”.
En el Valle de Colchagua se creó en 1996 la primera Ruta del Vino chilena. Conocidas viñas como Lapostolle, Casa Silva, Montes, Laura Hartwig, Estampa y Montgras abrieron sus puertas al público. La Ruta I-50, que va desde la Ruta Norte-Sur hacia el Pacífico, lleva el sobrenombre oficial de “Carretera del Vino”.
Un punto de referencia es la pequeña ciudad colonial de Santa Cruz, desde donde se pueden visitar todas las viñas importantes. Además, se puede conocer la Hacienda Huique, una antigua residencia de verano de presidentes chilenos que fue restaurada al estilo del siglo XVIII. Otra experiencia interesante es un paseo en el “Tren del Vino”, que tirado por una locomotora a vapor, viaja por campos vitícolas y durante el recorrido se sirven los mejores vinos de la región. En la ciudad misma se encuentra el Hotel Santa Cruz Plaza, considerado una de las casas más lindas de Chile, que combina en forma elegante un servicio moderno con elementos tradicionales. Al lado del hotel se ubica el Museo de Colchagua, que es una visita obligada para todos los viajeros, ya que alberga la colección privada más grande del país, con una completa muestra que tiene como tema la historia de Chile y sus costumbres.
Finalmente, en la “Viña Santa Cruz” se produce el emblemático vino “Chamán”, y hoy se trabaja en el desarrollo de una oferta especial del turismo del vino. El proyecto incluye un teleférico que transporta a los visitantes desde la bodega a la cima de un cerro que alberga un observatorio de estrellas. También hay una colección de objetos que incluye entre otras cosas restos de meteoritos y utensilios de astronautas. A continuación se puede dar un paseo para visitar el pueblo indígena de Santa Cruz, que exhibe reconstrucciones de viviendas de pueblos originarios tales como el Mapuche, Rapa Nui y Aymará.

VALLE DE CURICÓ

Se extiende a 220 kilómetros de la capital Santiago, en una zona en que el clima es mediterráneo moderado, con días calurosos noches frías – húmedas en verano. Los inviernos están bajo la influencia de la zona de alta presión del Pacífico, lo que se traduce en precipitaciones de aproximadamente 720 milímetros anuales, siendo claramente más lluviosa que el Valle de Rapel.
Sus suelos son planos, erosionados, ricos en minerales y con una buena permeabilidad. En las zonas más altas predominan la arena y las piedras. Numerosos canales de regadío cruzan la zona, alimentados por los ríos Teno y Lontué. En esta zona se encuentra la superficie de cultivo de cepas de vino blanco más grande del país, albergando alrededor de 18.000 hectáreas de viñedos. En orden decreciente se cultivan cabernet sauvignon, sauvignon blanc, merlot y chardonnay.
Los comienzos de la producción vinícola se remontan a los tiempos de la familia Correa Albano, que en 1851 introdujo cepas nobles provenientes de Francia. En las cercanías de la pequeña ciudad de Molina se encuentra la tercera bodega más grande del país: “Viña San Pedro”.
El Valle de Curicó fue también escenario de una de las modernizaciones tecnológicas más grandes de la industria vinícola chilena: a comienzos de los 80’ el enólogo español Miguel Torres almacenó, por primera vez, vino en estanques de acero inoxidable, dando inicio a una modernización radical del sector vinícola nacional.
La “Viña Miguel Torres” fue también la primera en abrir la tradicional Fiesta del Vino, a visitantes y amantes de este brebaje. Una escapada al Gourmet Restaurante de Miguel Torres es una visita obligada para todos los amantes de la buena mesa.
El Valle de Curicó tiene una variada oferta turística en torno al vino: desde fiestas tradicionales chilenas y degustaciones de vino, pasando por visitas de bodegas o boutiques, hasta una fina gastronomía y comidas típicas del país. Su cercanía a hermosas áreas recreativas, como las Cascadas Siete Tazas, Laguna Torca y el Lago Vichuquén, hacen de esta región vinícola un muy interesante destino turístico.

VALLE DEL MAULE

Esta región vinícola queda a unos 260 kilómetros de Santiago y junto al Valle del Maipo reclama el título de “Cuna del vino chileno”.
En efecto, la producción de vino en este frío valle fluvial- ubicado entre los Andes y la cordillera de la Costa- se remonta a tiempos de los conquistadores españoles, que en el siglo XVI ya cultivaban la uva del país. Incluso hoy, de las aproximadamente 31.000 hectáreas que se cultivan en la región (la superficie cultivada conjunta más grande de Chile), se destinan 8.500 a la uva roja.
Las condiciones reinantes en el valle se caracterizan por un clima mediterráneo fresco, con inviernos lluviosos, y suelos ácidos y arcillosos, que, por un lado, reducen la productividad, pero aumentan la calidad de las uvas. En el Valle del Maule se cultivan todas las grandes cepas de vinos tintos y blancos, eso sí, los tintos son esencialmente de gran valor (Cabernet sauvignon, carménère, merlot y malbec).
La cercanía a los ríos también influye en el vino, siendo más frutosos aquellos que nacen de cepas cultivadas en las cercanías de las aguas, que aquellos provenientes de las laderas. En esta zona se diferencian tres zonas de cultivo: Valle de Río Claro, el Valle de Loncomilla y el Valle de Tutuvén. Este último presenta una faceta menos conocida en la producción de vino chilena: aún predomina el tradicional cultivo seco de vides, donde la única agua que reciben las vides es la de la lluvia. En esta zona las cepas simples (uva del país y moscatel) no se cultivan en espaldera, sino que son cultivadas en vaso o forma de copa.
El Valle del Maule ha vivido un fuerte auge en turismo. Alrededor de 16 viñedos (Balduzzi, Casa Donoso, Calina, Domaine Oriental y Carpe Diem, entre otros) ofrecen una completa atención al visitante, con hoteles propios, fina gastronomía, cabalgatas y “Vinoterapia”.
El carménère es considerado el vino típico de la región, tanto así que existe un evento propio: “La Noche del Carménère”, que se celebra el segundo sábado de noviembre (primavera chilena). Otra gran fiesta es “Villa Cultural Huilquelemu”, organizada por todos los viñedos importantes de la zona. En esa ocasión se entrega el premio al “Mejor carménère del año”.

VALLE DE ITATA

Se emplaza a unos 400 kilómetros de Santiago y 50 kilómetros al este de Concepción, siendo una de las zonas vinícolas tradicionales de Chile, en la que recién en los últimos años se comenzaron a producir, junto con vinos de mesa simples, vinos de alta calidad.
La superficie cultivada en la región corresponde a unas 10.000 hectáreas destinadas a cepas rústicas, como la del país y moscatel. En los últimos 5 años se agregaron unas 1.000 hectáreas de chardonnay y cabernet sauvignon. El Valle de Itata es atravesado por los ríos Itata y Ñuble, y su clima se caracteriza por días bastante frescos y con mucho viento durante el verano, así como lluvioso en invierno.
Sus suelos son arenosos y ricos en minerales, lo que permite una alta productividad. Extensas superficies de bosques se alternan con los viñedos ubicados en las abrigadas pendientes entre los Andes y la Cordillera de la Costa.
La tradición del vino está siendo fomentada desde el 2003 a través de un programa de gobierno, con el objetivo de reactivarla. Sus orígenes se remontan a los tiempos de la conquista española, cuando se producían vinos para el consumo de todo el reino, los que incluso llegaron a ser considerados los mejores del territorio. Sin embargo, con la introducción de las cepas nobles europeas y el intenso cultivo en zonas más cálidas, el Valle de Itata cayó en el olvido.
Hoy cuenta con viñas innovadoras y orientadas a una producción de calidad que están uniendo fuerzas para reavivar la tradición vitivinícola en la región. Algunas de ellas son: Viña Chillán, Viña Männle, Viña Santa Berta, Viña Casanueva, Lomas de Llahuen, Pandolfi Price y Bandido Neira.
La vendimia en el Valle de Itata se lleva a cabo en dos etapas: desde finales de febrero hasta mediados de marzo, cuando en Chile el verano llega a su fin, se cortan las blancas. A mediados de marzo hasta finales de abril, a comienzos del otoño, es el turno de las rojas.
La tradicional Fiesta de la Vendimia se celebra durante la primera semana de abril de cada año, reuniendo a miles de vecinos y visitantes en torno a un buen vino.

VALLE DEL BIOBIO

La frontera más austral de las zonas vinícolas chilenas transcurre a lo largo del río Bío Bío, a unos 500 kilómetros de Santiago.
En este valle, como en el vecino Valle de Itata, se cultivan desde hace cientos de años las cepas rústicas uva del país y moscatel para la producción de vinos de mesa. Es así como hasta hoy, la producción masiva de vinos simples representa la base de las actividades vitivinícolas a las orillas del Bío Bío. En forma paralela a las buenas experiencias en Itata y Limarí, diferentes viñas están trabajando en la producción de vinos de alta calidad.
Su escenario natural frío y con mucho viento en las cercanías del Bío Bío. Incluso en verano, las precipitaciones alcanzan los 1.100 milímetros anuales. Sus suelos son por naturaleza arenosos y pedregosos, y los depósitos orgánicos fluviales lo hacen fértil y productivo. Especialmente bajo estas condiciones crecen de buena forma las cepas nobles, ya que necesitan un período de maduración largo. El resultado son vinos naturales frescos y con acidez, entre los que cuentan el sauvignon blanc, el pinot noir, el riesling y el chardonnay.
Un grupo de viñas de esta zona se puso como meta producir vinos de alta calidad: Carpe Diem, Don Francisco y VinSur. Mención especial merece la Viña Canata, una empresa familiar con rica tradición y que presume de poseer la bodega más austral del mundo.